viernes, 24 de octubre de 2014

Villa Traful, Cuyin Manzano, Villa Meliquina y la Ruta de los Siete Lagos

11 de Enero 2014 Desayunamos en el restaurant del complejo, jugo, cafe, tostadas, mermeladas y queso. Ya que no teníamos nada de provisiones fuimos a la proveeduria a abastecernos. Hay algunas pequeñas y dos que serian algo así como supermercados, bastante bien provistos. Nos sugirieron como paseo corto las cascadas del Arroyo Coa Co y Blanco. Se puede hacer una parte en auto y luego hay que seguir el trayecto a pie. El camino esta bien marcado y es sencillo de hacer, rodeado por un bosque de altos arboles hay amplios sectores sombreados. Se escucha el ruido del agua antes de llegar, pero solo se ven de forma muy lejana. No encontre camino para bajar y es demasiado abrupto para improvisar. Por lo tanto continuamos el sendero hasta volver al punto de partida.
Hay en Villa Traful variadas opciones para comer, y esa noche cenamos ravioles de ricota con hongos de pino, trucha al limon y trucha a la manteca negra. 12 de Enero de 2014 Un dia a puro relax en el lago, solo eso, salvo una interrupción para el almuerzo en el mismo complejo, ciervo a la cazadora con verduras salteadas y trucha al limon.
13 de enero de 2014 Ayer ya descansamos, hoy toca salir de nuevo y nuestro objetivo es Villa Meliquina, para llegar hay que ir hasta Confluencia, cruzar el puente y luego doblar hacia la izquierda por un camino de ripio. Antes de cruzar el Rio Minero, hay un desvio hacia Cuyin Manzano y hacia alla fuimos. Es apenas un caserío,con una iglesia, un rio que corre a sus pies y en su entrada unas formaciones rocosas muy llamativas. Unos paredones altos que bordean el camino y tienen cuevas, dicen que en ciertas épocas es posible avistar condores, aunque nosotros no pudimos verlo.
Retomando el camino hacia Villa Meliquina, luego de Confluencia son 55 km de ripio. Al principio el camino esta en muy mal estado, mejorando solo por momentos. El camino pasa por el Paso Cordoba, a 1300 metros de altura, paso antiguamente utilizado por los primeros pobladores para cruzar sus animales. La vista es impresionante y se pueden ver los valles y el camino que serpentea mas abajo. A medida que nos acercamos a Villa Meliquina el camino deja de ser tan rocoso y arido y comienza a poblarse de arboles y lo cruzan algunos arroyos.
Finalmente llegamos y acostumbrados a otros pueblos de montaña donde las casas suelen estar muy juntas, aqui esta mas separado y por eso en principio nos costo tener la certeza de haber llegado. El lago Meliquina es deslumbrante, tan azul, transparente, sereno, pueden verse las truchas saltando y resplandeciendo al sol. Hay un puente, bajo el que pasa el rio Meliquina antes de desembocar en el lago, y donde se forman pequeñas hoyas de color verde esmeralda.
Allí cerca esta La Arquería y ademas de almorzar tambien practicamos un poco de tiro con arco. Encontramos tambien, una tienda que hace repostería artesanal y nos tentamos con dos tortitas pequeñas de crema de naranja, alfajores de maizena y huevos caseros. Las tortitas son un trocito de paraíso deshaciendose en el paladar. Volveria solo por eso. Continuamos camino hacia San Martin de los Andes, ya que tenemos la intención de hacer el recorrido de los Siete Lagos. De la ultima vez que estuve en San Martin de los Andes pasaron talvez unos diez años y el cambio se noto y mucho. El pueblo ya no es pueblo, creció en casas y población, el lago que antes desde la calle pasabas directamente a la playa ahora tiene una vereda que hace las veces de costanera. Cargamos combustible y luego de dar unas vueltas mas por nostalgia que por otra cosa, nos fuimos. Para mi gusto particular demasiada gente.
Retomamos la Ruta 40 y comenzamos a pasar por todos los lagos que le dan nombre a este recorrido. El primero por supuesto lo habíamos visto en San Martin de los Andes y es el Lago Lakar, continua el Lago Hermoso, el Villarino, el Falkner, el Traful, el Correntoso y el Nahuel Huapi. En el medio tambien hay otros mas pequeños pero hermosos. En la ruta hay diversos miradores y desde ya paramos en todos para sacar fotos. Cruzamos un cartel señalando el sendero hacia la Cascada Ñivinco, el cual indicaba que era solo a dos km, sendero para trecking, de dificultad baja y una hora entre ida y vuelta. Lo mas difícil del sendero fue encontrarlo, ya que al principio esta muy mal señalizado, y solo llegue a el porque gente que ya lo conocía me lo indico. Luego es mas facil seguirlo, aunque esta algo descuidado. Es importante prestar atención a los arboles o piedras marcados con aerosol. Es el sendero, apenas una huella donde hay tramos en que la vegetación es muy tupida, es tortuoso y tiene muchas vueltas, troncos caídos y plantas que apenas permiten el paso. Se notan aun los restos de las cenizas volcánicas cubriendo algunas plantas y tierra. La primera vez que se avista la catarata es desde un mirador, y permite ver un salto no demasiado grande, se continua por un sendero hasta llegar a un salto mas pequeño. Desde allí se puede acceder, es mas bien ancha que alta, y tiene varios saltos de diferentes alturas. Se forman hoyas de diferentes tamaños y el rio es allí muy sereno. Lamente dos cosas en ese paseo: no haber llevado repelente para los tábanos y no saber que era tan bello y sereno. Es un lugar para pasar el dia o al menos unas cuantas horas.